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Un botón de muestra

 Salió a la venta un libro que bajo el pomposo título de Operación Verdad

aborda el pasado reciente de una forma maliciosa. Desde el mismo prefacio,

mediante afirmaciones temerarias y sin fundamento,  muestra la hilacha y las

simpatías emocionales e ideológicas.

Para aligerar y disminuir la responsabilidad jurídica, política y moral de los represores, de los servicios de seguridad de la dictadura cívico militar y del terrorismo de Estado, afirma que tanto las fuerzas de seguridad como los guerrilleros, seguidores de Fidel Castro, violaron los derechos humanos en lo que se denomina el pasado reciente. Son muchos los funcionarios de la actual administración, algunos con rango ministerial,  que adhieren a esta tesis errónea.

Un desconocimiento intencional

Nadie niega ni oculta que las organizaciones que enfrentaron al gobierno liberticida y autoritario de Jorge Pacheco Areco y a su continuador Juan María Bordaberry, camino hacia la dictadura, llevaron a cabo múltiples acciones que violentaban las leyes, atacaban y dañaban propiedades privadas y estatales, que causaron dolor y sufrimiento a muchas familias, que, incluso, ocasionaron pérdida de vidas, algunas de ellas no intencionales. Es un dato de la realidad. Los propios protagonistas lo han señalado, tanto en forma individual y/o colectiva. Lo han reconocido en forma pública en innumerables ocasiones. Hasta han promovido la colocación de recordatorios permanentes en el lugar en que fallecieron algunas de las personas afectadas.

Las normas de DDHH fueron reconocidas a nivel mundial en 1948 luego de los horrores de la Segunda Guerra Mundial, para regular y reglamentar las conductas y los comportamientos de los Estados, especialmente de los funcionarios que portan armas intimidatorias.  Aprobadas por la comunidad de naciones, son normas destinadas a humanizar y dignificar la vida en sociedad, a proteger a los ciudadanos, especialmente a los más vulnerables, ante los potenciales abusos y atropellos de los funcionarios estatales.

Solamente los funcionarios del Estado

Las fuerzas policiales y los integrantes de las fuerzas armadas poseen el privilegio del porte de armas para garantizar el pleno usufructo de la libertad al conjunto de la ciudadanía. Por ese motivo, cuando violan los derechos humanos de los ciudadanos, sus delitos son particularmente graves. Son cometidos por funcionarios que tienen beneficios y prerrogativas especiales con respecto al conjunto de los particulares en forma individual y colectiva.

Solamente los funcionarios del Estado son quienes violan las normas de DDHH. Esas normas, tan manoseadas en los discursos de la actual administración, están concebidas para limitar el accionar de los gobernantes y de los funcionarios del Estado. Son escudos protectores de los ciudadanos, de los más pobres, de los más desprotegidos en el mundo capitalista.

Equiparar el accionar de los funcionarios del Estado durante la dictadura y terrorismo de Estado con las acciones de los particulares y/o colectivos en el mismo período no tiene bases jurídicas, éticas ni políticas. Es simplemente parte de la campaña que llevan adelante los portavoces y voceros de los terroristas estatales para disminuir su responsabilidad histórica.

Mayo: mes de la Memoria

En mayo de 1976, en pleno desarrollo de la Operación Morgan contra el PCU y la UJC, desaparecieron al Dr. Manuel Liberoff quién había sido expulsado del país por su militancia antidictatorial.  A los días secuestraron a Rosario Barredo, a William Whitelaw, a Zelmar Michelini y a Héctor Gutiérrez Ruiz en Buenos Aires, Argentina. Aparecieron asesinados. Wilson Ferreira Aldunate, líder del Partido Nacional, se salvó en el anca de un piojo. Fue una operación criminal de la dictadura. No hay dudas. Fue un mensaje al conjunto de la oposición, a los militantes de la resistencia. La causa judicial aún se sigue procesando.

El próximo viernes 20 de mayo, las y los uruguayos, en todo el país y en todo el mundo, levantaremos las banderas de Verdad, Memoria y Justicia: la Verdad sigue estando secuestrada. En Domingo Arenas y en la Republicana están los que saben y que saben quiénes saben.

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(*) Gastón Grisoni es Presidente de Crysol pero sus opiniones no reflejan ni comprometen, necesariamente, al colectivo como tal.

(**) Publicado en El Popular el 13 5 2022