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Sin prisa, sin pausa y chapados a la antigua.

10 primeros años de Crysol.


6.07.2010

El pasado mes de junio se cumplió el décimo aniversario de la constitución de Crysol, la asociación de todas y de todos los ex presos políticos de Uruguay. Esta loca realidad comenzó por un simple asado de camaradería realizado el segundo sábado de diciembre del último siglo. En la sobremesa se evidenció la difícil situación en que vivía la mayoría de las y los luchadores sociales y políticos a 15 años del retorno a la democracia. Desde el fondo de la vieja solidaridad compartida surgió la necesidad de crear una herramienta que permitiera ofrecer soluciones. Se puso manos a la obra y el 21 de junio del 2000 quedó formalmente creada la institución con la Presidencia de Osvaldo Alvarez.

Desde aquel momento hasta el presente mucha agua ha corrido bajo los puentes. Historias de encuentros y de desencuentros, de éxitos y de fracasos. Como ocurre muchas veces en todas las organizaciones. Al día de hoy, la organización se ha consolidado como tal, ha mantenido su institucionalidad estatutaria renovando sus autoridades de manera democrática, ha obtenido una sede social permanente que la cobije, administra sus fondos con austeridad y total transparencia exitosamente, se basa en la militancia honoraria de todos sus integrantes y cuenta con el apoyo y la adhesión de la inmensa mayoría de las ex presas y de los ex presos políticos del país.

Lo más importante a destacar, sin dudas, es lo logrado en base a la movilización desplegada. Es lo que justifica, esencialmente, estos 10 años de existencia y de trabajo. La inmensa mayoría de quienes fueron presos políticos durante el período del terrorismo de Estado y miles de ciudadanos que por razones políticas, gremiales o ideológicas sufrieron persecución, exilio, clandestinidad o fueron despedidos durante la huelga general de 1973, han logrado acceder a una jubilación que permite una vejez digna. Especialmente las y los ex presos políticos procesados con posterioridad al 9 de febrero de 1973.

La inmensa mayoría de las y de los ex presos políticos, los pocos miles que sobreviven luego de casi 25 años de retorno a la institucionalidad democrática, tienen un ingreso mensual que cubre sus necesidades básicas de vivienda, alimentación, esparcimiento y vestimenta. Tienen, además, la cobertura integral de salud asegurada, para ellos, sus hijos y sus nietos. Han recuperado su dignidad esencial, la libertad de, al llegar a la tercera edad, no depender de nadie para sobrevivir, de no ser una carga para sus familias y sus amigos. No es poca cosa.

Para que ello fuera posible fue determinante la movilización constante y permanente que al respecto desarrolló Crysol. Lo logrado se basó en el esfuerzo y en la militancia denodada, chapada a la antigua, del colectivo de nuestra institución con el apoyo de centenares de ex presos, de familiares y amigos en el interior del país y también fuera de fronteras.

Reducir la contribución de la organización a esta conquista es sin embargo erróneo. La Memoria ha tenido en Crysol un papel destacado. Promoviendo el surgimiento del Museo de la Memoria y apoyando sus actividades. Reclamando el Centro de Altos Estudios Nacionales (Calen) y del ex Penal de Punta de Rieles, lugares emblemáticos de las aberraciones que vivió nuestro país, como Centros de Memoria y de DDHH seguimos en el camino hasta su concreción.

La presencia de la institución en el escenario nacional ha ido mucho más lejos. La batalla por superar las heridas del pasado reciente, para democratizar la democracia, para acabar con los vestigios del Terrorismo de Estado, por conocer la Verdad y toda la Verdad junto a Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos, por lograr que haya Justicia, por anular la Ley de Caducidad, ha tenido en Crysol un animador constante y permanente en el marco del reclamo por la implementación en el país de la Resolución 60/147 de las Naciones Unidas.

Junto a Todas y Todos contra la Impunidad seguimos movilizados y nos aprontamos para nuevos desafíos, como colectivo organizado. Unidas y unidos, todas y todos. Para que Nunca Más haya Terrorismo de Estado.