13 de junio de 1968: una fecha clave de Uruguay
Por
Gastón Grisoni (*)
La
implantación de las Medidas Prontas de Seguridad (MPS) el 13 de junio de 1968
por el presidente de la época Jorge Pacheco Areco fue un acontecimiento
político de enorme significado en la vida de Uruguay. Marcó el comienzo de una
etapa histórica.
Medidas
represivas preventivas
Pacheco Areco implantó las
Medidas Prontas de Seguridad cuando decidió que el camino a seguir para superar
la crisis económica y el descontento popular era aceptar las recomendaciones
impuestas por el Fondo Monetario Internacional para conceder créditos indispensables.
Uruguay no estaba en condiciones de asumir sus obligaciones financieras
internacionales. Los trabajadores y los asalariados debían reducir sus ingresos
y aceptar un deterioro creciente de sus condiciones de vida.
En los hechos, tal como lo
señaló la oposición nacionalista en una interpelación parlamentaria llevada a
cabo unos meses antes, se reiteraba, con otro nombre el camino iniciado en 1958
por el primer gobierno nacionalista del siglo XX al firmar la Carta de
Intención con el FMI. Ahora se llamaban Recomendaciones.
Al momento de tomar la
decisión no existía en el país una situación de conflictividad o de
movilización social que justificara la suspensión de las garantías individuales,
la prohibición de realizar actividades sindicales y, mucho menos, que se
impusieran restricciones a la libertad de prensa. Los trabajadores bancarios
habían decidido poner fin a los reclamos con movilización que desarrollaban en
esas semanas al igual que el gremio de funcionarios públicos que no integraban
la Convención Nacional de Trabajadores (CNT).
La Constitución que regía
había sido aprobada en las elecciones del año 1966. El país regresó al sistema
presidencialista de gobierno. Previstas como una herramienta para
circunstancias excepcionales, Jorge Pacheco Areco, sucesor del general Oscar
Gestido fallecido en el ejercicio de la Presidencia, comenzó a emplear las
Medidas Prontas de Seguridad de manera permanente y sistemática como
instrumento gubernamental.
Al amparo de ellas,
Pacheco Areco adoptó decisiones de distinta naturaleza eludiendo el debate y el
control parlamentario: decisiones económicas y de distinta índole. Incluso en 1971, mediante un simple decreto se
le otorgó a las Fuerzas Armadas la tarea de hacer frente a las organizaciones
armadas y se modificaron sus estructuras
de funcionamiento de igual modo.
Las
Fuerzas Armadas ingresan a la política
A los pocos días de
imponer las MPS, Jorge Pacheco Areco decretó la congelación salarial a nivel de
los trabajadores privados, envió al Parlamento la Ley de Presupuesto sin
otorgar aumento a los funcionarios públicos y convocó a las Fuerzas Armadas
para reprimir a los gremios en conflicto.
En primera instancia se
las convocó para militarizar a los trabajadores del BROU y del Banco Central
aunque posteriormente se extendió su uso para otros sectores estatales y también
privados, en el marco de una gran campaña represiva contra todos los gremios y,
muy especialmente, orientada a destruir a la recientemente creada CNT. La
detención de sus dirigentes, el allanamiento de sus locales, la represión de
las acciones y movilizaciones pasaron a ser una constante de la vida del país.
Accionar
ilegítimo del Estado
Al implantarse las MPS el
13 de junio, que se mantendrían de manera ininterrumpida hasta julio de 1971,
tres ministros presentaron sus renuncias: Alba Roballo (Educación y Cultura),
Carlos Queraltó (Relaciones Exteriores) y Manuel Flores Mora (Trabajo y
Seguridad Social). (1)
Las medidas económicas
adoptadas por Pacheco Areco, congelación salarial tanto para la actividad
privada como pública, desconociendo, incluso, los acuerdos alcanzados en la
mesa de negociaciones, junto al desarrollo de una política restrictiva de las
libertades públicas, claramente represiva y una brutalidad policial desconocida
hasta ese momento, generaron un clima de gran descontento y movilización
popular.
La CNT encabezó una
decidida línea de oposición y enfrentamiento a la política de Jorge Pacheco
Areco y desplegó su accionar y movilización de manera permanente,
fortaleciéndose y adquiriendo experiencia colectiva de funcionamiento, tanto en
defensa de sus reivindicaciones como de la Universidad y de las libertades
públicas.
A partir de la implantación
de las MPS, el movimiento estudiantil universitario, con una larga trayectoria
de movilización, se volcó a las calles, reforzado con el aporte multitudinario
de los estudiantes de secundaria con su propia plataforma reivindicativa. La
brutalidad de la represión policial fue inaudita: Líber Arce, Susana Pintos y
Hugo de los Santos fueron asesinados mientras participaban en acciones de
protesta.
Las organizaciones armadas
que hasta ese momento realizaban, básicamente acciones de pertrechamiento y de
propaganda, sin influir en la agenda política del país, a partir de ese
momento, comenzaron a incrementar su accionar y su presencia en diferentes
ámbitos. Empezaron a ser un referente en la vida política, en un Estado que
actuaba de manera improcedente al margen de las leyes y las normas vigentes,
estableciendo la censura previa, limitaciones de todo tipo a la libertad de
prensa, clausurando medios y, organizando comandos parapoliciales desde el
Ministerio del Interior como ha quedado judicialmente documentado.
Una
referencia básica
Cualquier trabajo del pasado reciente, que no tome en cuenta la
implantación de las Medidas Prontas de Seguridad el 13 de junio de 1968, es una
narrativa sin seriedad y sin rigor científico, un “simple relato”, aunque tenga
pretensiones académicas, abundancia de información y prólogos destacados. El 13
de junio marcó el comienzo de una época. Pacheco Areco lideró, en los
comienzos, el proyecto de los grandes grupos de poder uruguayos ante la crisis
de la economía uruguayo. Comenzó el lento camino hacia la dictadura y el
terrorismo de Estado. La teoría de los dos demonios, en cualquiera de sus
versiones, hay varias y variadas, esconde las responsabilidades históricas de
sectores sociales, políticos y de medios de comunicación que apoyaron y
respaldaron dicho proceso.
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1. Prof. Carlos Demasi. El 68 uruguayo. El año que vivimos en peligro. Ediciones de la Banda Oriental.
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(*) Gastón Grisoni es
Presidente de Crysol pero sus opiniones no reflejan ni comprometen,
necesariamente, al colectivo como tal.
(**) Publicado en El
Popular Nº 616 – 2 12 2022