El Ministerio de Defensa Nacional (MDN) acaba de designar al capitán de navío Marcos Saralegui como agregado militar en la Embajada de Alemania. Su designación no prestigia al país. En el año 2017, participó en el Tribunal de Honor que juzgó al capitán de fragata Juan Carlos Larcebeau. Al absolver de toda falta al involucrado, desconoció al Poder Judicial e incurrió, de hecho, en apología del accionar terrorista por parte del Estado durante el pasado reciente.
Por
Gastón Grisoni (*) – 24. 12.22
Capitán de fragata retirado Juan Carlos Larcebeau
El
Plan Cóndor
Las dictaduras del Cono
Sur en la década de los 70, con gran intensidad y ferocidad en los años 74 al
78, desarrollaron una intensa coordinación represiva contra los opositores a
dichos regímenes, sin importar el lugar en que ellos se encontraran.
Las Fuerzas Armadas
uruguayas, con la colaboración de la Policía, llevaron a cabo una verdadera
campaña de persecución y aniquilamiento de los uruguayos que, escapando de la
represión en el país, se habían refugiado
en Chile, Paraguay, Brasil y fundamentalmente en la Argentina.
Luego del golpe de Estado
de Videla en marzo de 1976 la represión se incrementó notablemente con misiones
casi permanentes de los servicios de inteligencia operando en el local de la calle
Bacacay, en Automotores Orletti y otros centros clandestinos de detención.
Oficiales uruguayos como Manuel Cordero han sido condenados por la justicia
argentina y cumplen su condena en dicho país.
En noviembre de 1974 se
llevó a cabo el secuestro, tortura, traslado clandestino, a Uruguay de los
militantes uruguayos que posteriormente serían asesinados en la localidad de
Soca como supuesta represalia por la muerte en Francia del coronel Ramón
Trabal.
El
Fusna: un centro siniestro
La Armada Nacional
participó activamente en las campañas represivas desplegadas desde abril de
1972 cuando se le atribuyó a la justicia militar la potestad de juzgar a todas
las personas que se entendiera comprometidas en actividades antigubernamentales
consideradas fuera de la ley.
Las instalaciones del
Fusna, en el puerto de Montevideo, se transformaron en un lugar de tormento y
torturas para centenares de luchadores sociales y políticos que fueron
interrogados, torturados y recluidos en dicho lugar. Los testimonios de las
víctimas en las causas judiciales son estremecedores respecto.
Oficiales del Fusna y
marinos, participaron activamente en diferentes operaciones represivas
desarrolladas en la Argentina en los años 76, 77 y 78. Tanto en Uruguay como en
Argentina y en Italia fue posible identificar a varios de los represores y
condenarlos. Uno de ellos, precisamente, fue el fallecido capitán de fragata
retirado Juan Carlos Larcebeau, juzgado y condenado por tres instancias
diferentes en Uruguay.
Un
tribunal de Honor bochornoso
Tal como informó el
periodista Leonardo Haberkorn en El Observador, el capitán de fragata retirado
Juan Carlos Larcebeau, fallecido en el 2021, en prisión mientras cumplía su
condena, fue sometido a un tribunal de honor integrado por los capitanes de
navío Marcelo Pazos y Gabriel Guida (hoy retirados) y el capitán de navío
Marcos Saralegui quien se encontraba en actividad. El objetivo del tribunal era
determinar si los hechos por los cuales fue condenado ante la justicia penal
afectaron el honor de la Armada.
El tribunal, que sometió a
Larcebeau a un cuestionario ínfimo y no citó a otros testigos, entendió que no.
El fallo final fue: “Absolución. Falta absoluta de culpabilidad”. Pero el
tribunal fue más allá aún.
Basándose en los juicios
elogiosos escritos en el legajo de Larcebeau durante la dictadura, los
integrantes del Tribunal de Honor concluyeron que el oficial “era un ejemplo en
su actuar profesional para todos sus pares”.
En los fundamentos de su
voto, cada uno de los integrantes del tribunal fue aún más explícito. “Se puede
establecer que este Señor Oficial era un ejemplo de conducta”, escribió
Saralegui. “Se lo podía considerar un modelo militar”.
Agregó que Larcebeau
“honraba el uniforme” y que “se destaca su corrección y dignidad en la vida
militar”. Fue “un ejemplo y educador de sus subalternos”. De acuerdo con
Saralegui, “no se puede considerar que (Larcebeau) no haya actuado con
escrupuloso respeto a la dignidad de la Armada”.
Militares
que desconocen al Poder Judicial
Los tres marinos que juzgaron
a Larcebeau desconocieron al Poder Judicial, el órgano que en nuestro país
tiene las potestades constitucionales para investigar, esclarecer y sancionar
las conductas delictivas. Al egresar de la Escuela Naval, en su momento, el capitán
de fragata retirado Juan Carlos Larcebeau juró por su Honor respetar y acatar
la Constitución y las leyes. Desde el mismo momento en que fue condenado por la
justicia es un delincuente y al mismo tiempo un perjuro.
Los integrantes del Tribunal
de Honor cuyo fallo no fue homologado por el Poder Ejecutivo, obviamente,
desconocieron el rol de los tribunales en instancias de esa naturaleza,
despreciaron al poder judicial y al mismo tiempo, por los juicios emitidos,
hicieron la apología del accionar terrorista del Estado.
Designar al capitán de
navío Marcos Saralegui es una decisión equivocada y perniciosa para el país, para su imagen internacional tan golpeada por
sucesos como el de Marset y Astesiano.
Los oficiales de las
Fuerzas Armadas que no adhieren a los principios democráticos republicanos y
hacen la apología de los criminales estatales, pueden hacerlo desde las filas
militantes de Cabildo Abierto pero no dentro de las instituciones estatales con
principios y valores democráticos. El
ministro debe actuar tal como lo solicitó Crysol.
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(*) Gastón Grisoni es
Presidente de Crysol pero sus opiniones no reflejan ni comprometen,
necesariamente, al colectivo como tal.
(**) Publicado en El Popular
web.