La institucionalidad
democrática que disfruta nuestro país
desde hace décadas es una gran conquista
del pueblo uruguayo. Sin negar el contexto exterior favorable que influyó
positivamente en que se hallara una salida, la democracia fue una conquista
popular. Es el resultado de luchas,
de movilizaciones, de resistencia, en forma colectiva e individual,
en Montevideo y en el Interior, dentro y fuera de fronteras. Los sectores
populares demostraron una gran capacidad de sobreponerse a fuerzas aparentemente superiores, de superar sus diferencias políticas e
ideológicas, de unirse y de contribuir a la búsqueda de salidas constructivas.
La democracia uruguaya no
le debe nada a las Fuerzas Armadas, a los sectores más conservadores de los Partidos
Nacional y Colorado. Mucho menos al vocero oficial de la dictadura el matutino El País. El
plebiscito constitucional de 1980 puso al desnudo el proyecto institucional de
nación que proyectaban y que pretendían legitimar, profundamente
antidemocrático y antipopular. La histórica derrota que sufrieron generó las
condiciones para un retroceso que cristalizó en el retorno a la democracia en
1985.
13
de junio de 1968: las medidas prontas de Pacheco
El período conocido como Pasado Reciente, período caracterizado
por la actuación ilegítima del Estado y el terrorismo estatal, se ubica entre
el 13 de junio de 1968 y el 28 de febrero de 1985. Fueron años de mucha
violencia, muchos conflictos y mucho dolor para la mayoría del pueblo uruguayo.
Ese día, Jorge Pacheco
Areco, presidente en ejercicio, implantó las Medidas Prontas de Seguridad y suspendió
las garantías individuales, para reprimir a los trabajadores bancarios que estaban
en conflicto. Además, desconoció los acuerdos salariales que se estaban
negociando en los diferentes ámbitos. Comenzó una etapa muy significativa en la
vida del país, represiva, orientada en primer lugar hacia el movimiento
sindical, tanto de la actividad pública como privada.
Las Medidas Prontas de
Seguridad, un instrumento transitorio, de excepción, se mantuvieron vigentes de
manera continua durante casi dos años. Al amparo de ellas, el gobierno de Jorge
Pacheco Areco gobernó de manera discrecional, al servicio de los poderosos de
siempre y en perjuicio de los trabajadores y de los sectores populares.
Miles de trabajadores
fueron militarizados y detenidos, prohibiéndose la actividad sindical. Se
eliminó la libertad de prensa, se clausuraron medios, se llegó a establecer la
censura previa. La gravedad de la situación imperante llevó a la creación del
Movimiento en Defensa de las Libertades donde se destacó el parlamentario del
Partido Nacional Héctor Gutiérrez, férreo opositor a las Medidas Prontas de
Seguridad junto con Francisco Rodríguez Camusso y Zelmar Michelini.
Sangre
estudiantil
Cuando Pacheco Areco
impuso las Medidas Prontas de Seguridad lo hace en función de los acuerdos con
el Fondo Monetario Internacional, del proyecto de los dueños del poder de
reestructurar la economía y la sociedad ante la crisis económica y la muy
probable resistencia de los trabajadores. A las semanas, estalla la
movilización de los gremios estudiantiles que se suman a la movilización
sindical promovida por la CNT y también con sus propias reivindicaciones. La
brutal represión callejera de las fuerzas policiales lleva a que surjan los
primeros mártires en la lucha por la democracia y las libertades: Líber Arce,
Hugo de los Santos y Susana Pintos. Los estudiantes de secundaria y
universitarios comenzaron a ser protagonistas permanentes de las luchas.
Actuación
ilegítima del Estado
Desde el 13 de junio de
1968 el Estado uruguayo comenzó a actuar de manera ilegítima, violentando los
derechos ciudadanos, limitando las libertades, eliminando la libertad de
prensa, reprimiendo brutalmente, asesinando, promoviendo bandas fascistas y al
Escuadrón de la Muerte desde el Ministerio del Interior como consta en las
actas judiciales.
El relato de los sectores
afines a la dictadura cívico militar hace hincapié en el papel negativo de los
grupos guerrilleros en la generación de la violencia en nuestro país. La
realidad indica que cuando Pacheco Areco implanta por decreto las Medidas
Prontas de Seguridad solo alude al movimiento sindical para justificarlas. No
menciona ni a los estudiantes ni a los grupos armados que hasta ese momento
ejercían muy poca influencia en la vida del país.
En un contexto
latinoamericano y regional de dictaduras militares, las Medidas Prontas de
Seguridad incendiaron la pradera en nuestro país. Generaron la violencia que
conmovió al país. Apuntaban contra los trabajadores, el movimiento sindical y
la gran herramienta creada: la CNT.
------------
(*) Gastón Grisoni es Presidente de Crysol pero sus opiniones no reflejan ni comprometen, necesariamente, al colectivo como tal.